El mercado de futuros cuenta con numerosas opciones, pero también aquellos contratos que no fueron como los futuros de películas y de la cebolla.
Los futuros de películas y de la cebolla: Contratos que no fueron
El mercado de futuros os ofrece la posibilidad de especular o cubrirse de los efectos del mercado. Por ello, numerosas materias primas cuentan con sus contratos. Pero hay dos casos particulares que no llegaron al mercado como los futuros de películas y de la cebolla. ¿Pero por qué no salieron al mercado?
Los futuros de películas
La idea de los futuros de películas surgió en 1996 debido a un juego en línea creado por dos traders llamado The Hollywood Stock Exchange (Bolsa de Valores de Hollywood), o HSX que permitía a los traders operar con dólares ficticios en algo que llamaron «MovieStocks®». Esto proporcionaba predicciones constantes sobre los ingresos de las películas debido a la gran cantidad de usuarios.
La CFTC inició un proceso para ratificar estos contratos en 2009 y en junio de 2010 habían aceptado los llamados “futuros de películas”:
“Los contratos están destinados a permitir a los participantes de la industria cinematográfica gestionar los riesgos financieros asociados con la producción y distribución de películas cinematográficas”.
No obstante, la Motion Picture Association of America se opuso a la creación de estos contratos debido a que abrirían la posibilidad a la manipulación de los mercados. Además que esto perjudicaría a las ventas de entradas y presionaría a las productoras. Sin olvidar que nadie esperaba usar estos como método de cobertura.
El Congreso de Estados Unidos cedió a la presión de la organización y prohibió estos futuros.
Futuros de la cebolla
Para hablar de los futuros de la cebolla debemos retroceder hasta la década de los 50 con el protagonismo de un granjero de Nueva York llamado Vincent Kosuga. Quien tenía una granja de 5000 acres y cultivaba principalmente cebollas.
Kosuga estuvo invirtiendo en futuros del trigo, con los cuales perdió dinero. Por ello decidió operar en aquello que conocía mejor, las cebollas. En 1955 estas eran el commodity más negociado en la Bolsa de Chicago, representado el 20% de las transacciones.
Las cebollas tienen una capacidad de almacenamiento limitada, por lo que su valor fluctuaba más que otras materias primas. Lo que tenía un mayor potencial de ganancias.
Sam Siegel, un empresario del sector agrícola, también operaba con las cebollas y era amigo de Kosuga. Juntos, sumando su poder de almacenamiento y capital, decidieron acaparar el mercado.
En otoño de 1995 ambos poseían 30 millones de libras de cebollas o el 98% del mercado. Decidieron amenazar a otros productores que compraran sus cebollas o inundaría el mercado. Subieron algunos precios y ambos compraron contratos en corto. Además enviaron las cebollas para que las limpiaran, evitando que se estropearan.
Estas grandes cargas que llegaron a Chicago dieron una falsa impresión de que había un suministro oficial e hizo que el precio bajara. Este accionar llevó el precio de 2.75 dólares a 10 centavos la bolsa por 50 libras. Al final, obtuvieron grandes ganancias con sus operaciones cortas.
Esto llevó al gobierno a prohibir los futuros de las cebollas, a pesar de las protestas de los traders.